10 octubre 2011

Escupiendo hacia arriba



El descrédito, la falta total de argumentos y la infamia como única respuesta a una crisis que ellas y su prepotencia han provocado están llevando al binomio Esperanza Aguirre - Lucía Figar a cotas impropias de los cargos públicos que ocupan. Como Presidenta y Consejera de Educación y Empleo de la CM respectivamente, se supone que deberían estar al servicio de la ciudadanía y, cuando esta ciudadanía está demandando en masa una respuesta o una explicación a un problema que ya se ha convertido en un movimiento social (como es el de los recortes en la Educación Pública), ellas deberían atender esa demanda, ofrecer opciones dialogadas y, como mínimo, mostrar la voluntad de solucionar este conflicto educativo contando con la opinión de sus máximos protagonistas: los alumnos, los profesores y las familias. Eso es hacer política para el pueblo y no para uno mismo o para intereses particulares o bastardos. Desoír la voz de la ciudadanía por parte de los gobernantes no solo es poco inteligente, sino también claramente amoral.

Aguirre y Figar siguen enrocadas en esa negativa absoluta a atender el grito de toda la comunidad educativa. Y digo toda, porque el ejemplo de unión que ha surgido en esta Marea Verde es digno de elogio; no son solo los profesores los que están luchando por evitar la privatización de la Educación Pública: el martes, 70.000 personas se manifestaron en la calle; y el jueves fueron 40.000 alumnos. Por no hablar de los miles de padres y madres que están participando activamente en las asambleas, las AMPAS y los encierros, luchando por la educación de sus hijos. Porque, por mucho que se empeñe Doña Lucía Figar, un niño que va a un colegio o a un instituto público tiene los mismos derechos que otro niño escolarizado en un centro privado o concertado. Y si ella (como máxima responsable del desaguisado) le está quitando recursos básicos al colegio publico de ese primer niño, lo que está haciendo es despojándole de oportunidades para el futuro. Y la falta de dinero hace semanas que ha quedado demostrado que no es la razón de ese desmantelamiento a la Educación. Y se demuestra en el mismo instante en el que, curiosamente, los recortes solo se producen de un lado de la balanza mientras se sigue nutriendo cada vez más al otro.

Esa es la igualdad y la libertad de elección educativa que promueve el gobierno de la CM y que tanto cacarean Aguirre y Figar. Ofrecer un producto devaluado, desprestigiado y difamado al máximo, frente a otro que recibe todas las prebendas posibles y los ornamentos de la maquinaria propagandística más hipócrita que existe en este país.

En este panorama surrealista y atrincherado de dos emperadoras más preocupadas de su traje inexistente que de la opinión de sus ciudadanos, asistimos el jueves a un capítulo absolutamente bochornoso. En la Asamblea de Madrid algunos partidos estaban debatiendo sobre Educación (y digo algunos porque el PP se dedicó a tirar balones fuera, a hablar de ZP y a negar la mayor cada vez que intervenía alguno de sus representantes). Hasta tal punto llegó el ninguneo del PP sobre un asunto tan importante como la Educación, que Lucía Figar no paraba de hablar con su compañera de escaño entre risas o atender al móvil cada vez que algún representante de IU o del PSOE se dirigían a ella solicitándole soluciones o, al menos, diálogo. No sabemos si estaba mandando sms en español o en tagalo.

Pero el momento más ignominioso llegó cuando Esperanza Aguirre (cuyas últimas intervenciones de un tiempo a esta parte son ciertamente insólitas, sobre todo para Mariano Rajoy al que no creo que le hagan demasiada gracia las salidas de pata de banco de la Presidenta) acusó a los profesores y a algunas organizaciones o plataformas de padres de desfalco por vender las camisetas verdes que se han convertido en el símbolo de esta lucha. No se puede hacer más el ridículo tratando de desviar la atención y queriendo evitar a toda costa hablar de la situación de caos total que han provocado en los centros este curso con unas decisiones tan erradas como su insultante comportamiento hacia los alumnos, docentes y padres de la Pública. Cayo Lara resumió bastante bien esta delirante declaración de Esperanza sobre el tema de las camisetas en un momento en el que se está debatiendo por la supervivencia de todo un modelo educativo público: “Son sandeces”. Aguirre ha vuelto a perder los papeles porque no sabe qué decir, porque no tienen ningún tipo de discurso o de defensa ante la respuesta que la sociedad está dando a su política de estrangulamiento de los servicios públicos. Su plan de demonizar al profesorado y de acusarles hasta de la muerte de Manolete ha fracasado. Ella esperaba encontrarse con la complicidad de la ciudadanía y pensaba que, más pronto que tarde, acabarían pidiéndole por favor que marque con una estrella de David a los profesores para poder tenerlos controlados. Pero no ha sido así. Se encierran y se manifiestan con ellos. Por algo será. La rabia y el nerviosismo que esta fuerte unión entre padres y profesores ha ocasionado en la Consejera y la Presidenta está claro que han hecho mella. No saben cómo combatirla y, evidentemente, no contemplan la posibilidad de escuchar a sus ciudadanos (eso nunca, hasta ahí podíamos llegar). Por eso se dedican a practicar el insulto, la calumnia o el desprecio como único argumento. Cierran los ojos, se tapan los oídos y escupen hacia arriba. A alguien le caerá...

Una de las organizaciones que ha sufrido la calumnia de Esperanza Aguirre con respecto a su ridícula denuncia sobre el asunto de las camisetas es la FAPA Giner de los Ríos. Recuerdo que, en la primera Asamblea de profesores (a mediados de julio en el IES Beatriz de Galindo, donde empezó todo), José Luis Pazos, presidente de la FAPA, fue muy claro y puso el punto justo de coherencia y de realismo. Recuerdo que dijo lo más importante en esta lucha era conseguir la unión entre el profesorado y las familias. Esa era la clave y, para ello, los profesores deberían explicar muy bien lo que los recortes iban a suponer para los alumnos. Después de dos meses, creo que todo se ha llevado de una manera inmejorable: la información ha sido detallada, concisa y sincera. Y los padres, como no podía ser de otra forma, han entendido que el ataque no es contra los profesores sino contra ellos mismos y, sobre todo, sus hijos. Por eso se han remangado al lado de los docentes, están durmiendo en sacos en los centros y se están manifestando en las calles. Con camisetas verdes o sin ellas, pero juntos. Y en esa cohesión, la FAPA Giner de los Ríos ha sido una pieza importantísima, yo diría que vital. Su dedicación y su esfuerzo por la Educación Pública están siendo encomiables. Aguirre lo sabe y por eso les ataca directamente con una ruindad incalificable. Por supuesto, la respuesta de la FAPA Giner de los Ríos ha sido tan espléndida y acertada como era de esperar. Sencillamente, no se puede resumir mejor la situación que con esta frase con la que termina su comunicado: Su desprecio es nuestra fuerza.

Y es que, algunos ven delito donde solo hay altruismo y símbolo de unión. La Plataforma por la escuela pública de Vallecas (otra de las organizaciones aludidas por Aguirre) creó el logo de la camiseta verde hace 5 años; ahora, al convertirse en el emblema espontáneo de la protesta, lo ha cedido de manera desinteresada y generosa a todo aquel que quiera llevarlo. Lo explican perfectamente en su web. La mirada sucia de algunos políticos ve una ilegalidad que, sin embargo, no contemplaba en el merchandising del JMJ y en sus camisetas (que se vendían, no a 5 euros como las verdes, sino a una media de 18-20 euros). Curioso...

A todo esto, el caos en los centros continúa. Los directores y los inspectores no saben qué hacer con unos horarios que saben que son ilegales. Los profesores siguen impartiendo materias para las que no están preparados (hoy podemos leer otro valiente testimonio). Los alumnos siguen apiñados en las aulas, sin desdobles, ni refuerzos, ni aulas de enlace, ni laboratorios suficientes, ni programas adecuados de Compensatoria. Muchas bibliotecas cerradas. Coacciones y amenazas mil (lo último es la apertura de un expediente a un director por permitir unas pancartas a favor de la Educación Pública en la fachada del centro). No se cubren muchas bajas, se bloquean los llamamientos a interinos… Todo vale con tal de desquiciar y agotar al colectivo docente de la Pública. Sin embargo, lo que están consiguiendo es todo lo contrario: fomentar la unión y el espíritu combativo. Sabemos que los ataques y las infamias seguirán los próximos días. La mentira y el juego sucio es marca de la casa. Pero lo bueno es que cada vez somos más en esta mancha verde que crece y crece, y que se ha propuesto luchar hasta el final por algo en lo que creemos con abnegación: la escuela pública de todos y para todos. El verde de las camisetas simboliza la pérdida del miedo. Y eso es lo que realmente no soportan.



03 octubre 2011

¿Quién quiere matar a la Educación Pública?




La situación de Lucía Figar (todavía Consejera de Educación y Empleo de la CM) es ciertamente complicada. Está pasando su peor momento político desde que ocupa un cargo en el partido. Su mala gestión y su abierta y flagrante hostilidad hacia el profesorado de la Educación Pública la han situado en una situación muy difícil: ese colectivo docente al que ella ha denostado y sigue vejando hasta la saciedad (no hay más que leer la entrevista digital que hoy ha realizado en ABC) ha decidido no callarse, no quedarse impasible o timorato ante los ataques y ha decido luchar por su dignidad, por su profesión y por sus alumnos (a los que el caos provocado por las instrucciones de principio de curso están perjudicando considerablemente al haberles restado una cantidad impresionante de recursos educativos) .

Pero es que, además de los profesores, la ciudadanía entera se está dando cuenta de cuál es el proyecto a medio plazo de este gobierno autonómico en cuando a la Educación Pública: desprestigiarla, desmantelarla y asfixiarla con el fin de facilitar el trasvase a la opción concertada y privada, que sigue recibiendo todas las prebendas posibles y más. Para este modelo no gratuito parece que la crisis no existe. El caso es que las mentiras de Lucía Figar y Esperanza Aguirre ya no se sostienen. Empezaron acusando a los profesores de ser unos vagos que se negaban a trabajar 20 horas a la semana y tuvieron que acabar pidiendo disculpas a esos mismos docentes cuando se demostró que eso era una falacia. Se les acusó después de perjudicar a los padres y a los alumnos (la propia Lucía Figar ha vuelto a decir hoy lo de “la huelga es una bofetada a las familias”), pero ahora ya no saben cómo mantener eso al comprobar que el apoyo de esas familias y de los alumnos a sus profesores es total (basta con ver las manifestaciones, las resoluciones de las asambleas de padres, los comunicados de las AMPAS, el extraordinario trabajo de la FAPA Giner de los Ríos o los encierros). Nos llamaron violentos en una de las declaraciones más escandalosas y desacertadas que jamás he escuchado a un político. Dijeron hasta la saciedad que era mentira lo de los horarios ilegales, y el jueves, más de 200 directores dijeron que se negarían a firmarlos por considerarlos así (además de denunciar amenazas y presiones por parte de la Consejería). También dijeron que ningún profesor impartiría una materia que no es la suya o para la que no esté preparado, y ahora que empiezan a aparecer testimonios valientes con nombres y apellidos no pueden desmentirlos de ninguna manera (eso sí, siguen amenazando para conseguir silenciarlos).

Son muchas cosas que han llevado a los centros de Secundaria a una situación insostenible, como los propios directores expresaron en ese extraordinario y significativo comunicado de ADIMAD.

Pero, ¿es Lucía Figar la única culpable de este desastre? Lo cierto es que no. Ella es responsable de todas sus acciones (porque así lo dice su cargo) y también de sus palabras, que han dolido mucho al profesorado, pero también le han servido de acicate. Pero en esa campaña injuriosa contra los docentes públicos, Figar ha contado con la colaboración activa de la Presidenta de la CM, Esperanza Aguirre. Las dos han capitaneado esa batalla verbal de improperios y mentiras sobre los profesores, aunque últimamente parece que Esperanza (que lleva muchos años en esto y sabe cuándo hay que dosificarse) se retrata menos, quizás porque aquellas declaraciones suyas sobre la posible privatización de las etapas educativas no obligatorias sentaron realmente mal a mucha gente de su partido y, en especial, a Mariano Rajoy, al que dichas declaraciones no le han hecho ningún favor. Esperanza Aguirre es única apagando fuegos con bidones de gasolina.

Sin embargo hay otra figura importante en este escenario. Alguien que se cuida muy mucho de salir en los papeles demasiado y que prefiere quedarse en un tercer o cuarto plano pero que es casi tan protagonista como Lucía Figar. Se trata de Alicia Delibes. Ella es, en realidad, la ideóloga de las famosas instrucciones y la que toma las decisiones puramente educativas. Es una de las pocas voces que escucha Lucía Figar dentro de la Consejería. Figar es la que está dando la cara y asumiendo todas las críticas (que son innumerables), pero Delibes está detrás. Por supuesto, la beligerancia y el odio que demuestra Figar a la Pública es propio de ella, eso no van con el cargo y tampoco creo que se lo hayan pedido. En ese famoso video de la conferencia en Rimini, la Consejera dejó clarísimo lo que piensa de la Educación y del modelo que ella defiende. Aún así, yo creo que Figar se ha equivocado totalmente en la manera de enfocar el asunto: criminalizando e insultando al profesorado y dando por sentado que la sociedad entera se iba a poner de su parte. Ese arranque de visceralidad se la puede llevar por delante, políticamente hablando.

Alicia Delibes (al contrario que Figar, que jamás ha trabajado en Educación) sí proviene de las aulas. Pero, desde su incorporación a la militancia del partido, sus intereses han sido más políticos que educativos. Ha trabajado en algunos medios de comunicación afines al PP desde los que ha criticado hasta la saciedad la reforma que supuso la LOGSE. Las tres (Esperanza, Lucía y Alicia) parecen obsesionadas con esa Ley de Educación a la que siguen atacando constantemente. Da cierta vergüenza cuando Aguirre habla de la LOGSE para criticar el sistema educativo actual, como si desconociera que esa ley fue derogada en 2006. El modelo educativo que defiende Alicia Delibes (la ideóloga, no lo olvidemos) es claro: detesta la Educación Pública (ha criticado muchas veces los modelos educativos públicos del norte de Europa y se recrea constantemente en los malos resultados de la educación pública española interpretando a su antojo los informes europeos y negando la evolución que el sistema educativo público español está experimentando en los últimos años); Delibes aboga por el sistema privado y concertado/religioso del que habla maravillas y hacia el que dirige todos sus favores. En los últimos años ha ido recortando los recursos de la educación pública madrileña con el objetivo de demolerla. Algunos de sus “logros” en este sentido son:

  • La paulatina privatización de las escuelas infantiles.
  • El infame decreto de mínimos para el Primer ciclo de la Educación Infantil.
  • Multitud de concursos públicos para vincular la gestión indirecta de servicios educativos a empresas privadas.
  • Privatización de centros públicos (como el de El Álamo).
  • Constantes normas que cuestionan la autonomía de los centros y del profesorado.
  • Desmantelamiento de los CAPS.
  • Intento de desmantelar la Red de Orientación.
  • Desmantelamiento paulatino de Escuelas de Adultos y Bachilleratos Nocturnos.
  • Y lo próximo será desmantelar la Formación Profesional y tratar de privatizar el Bachillerato (o, como poco, concertarlo).

Alicia Delibes tenía todas las papeletas para ser Consejera de Educación en la anterior legislatura de Esperanza Aguirre. Pero ésta se decidió finalmente por Lucía Figar: una joven y ambiciosa política salida del clan Becerril y avalada por los grandes peces gordos del partido. Delibes se tuvo que conformar con la Viceconsejería y con ser llevar la voz cantante en la sombra, algo que, tras esta enorme crisis educativa, no le ha venido del todo mal pues la imagen que se ha deteriorado enormemente es precisamente la de la que ocupó "su puesto": Lucía Figar. Hasta el punto de que el partido, a través de Intereconomía, hoy ha lanzado una campaña de lavado de imagen de la Consejera. Se trata de una ridícula petición de apoyo ante lo que consideran un “acoso sindical”. Hay veces que la discreción es la mejor ayuda; una campaña victimista sobre alguien que lleva 3 meses insultando a los que se supone que son sus trabajadores (ella no es sólo Consejera de Educación concertada y privada, mal que le pese) no parece lo más adecuado. Y, desde luego, pone de manifiesto una situación absolutamente evidente: el desgaste político de Lucía Figar.

Figar se ha equivocado de cabo a rabo. En todo. En asumir las directrices de Delibes, en atacar con saña al profesorado y en no saber rectificar a tiempo. Los institutos de Secundaria están patas arriba, con los directores y los inspectores negándose a firmar unas intrucciones ilegales, con cientos de funcionarios en expectativa haciendo sustituciones, con 3000 profesores interinos que hacen falta y que están engrosando las filas del INEM (Figar es, paradójicamente, Consejera de Empleo también), con afines desafinadas y generalizadas, con los padres en pie de guerra apoyando a los profesores y a la Eduación Pública, con la prensa pendiente a cada minuto, con las redes sociales ardiendo y con los alumnos (siempre los más perjudicados) sin desdobles, ni laboratorios, ni refuerzos, ni bibliotecas.

Muchos educadores de verdad que llevan trabajando años y años en la Consejería de Educación y que aman la Educación Pública no están en absoluto de acuerdo con las medidas tomadas por Consejera, Viceconsejera y Presidenta. Y, por supuesto, no comparten su deseo de acabar con el modelo público en favor del privado y concertado. Tampoco están de acuerdo con sus desafortunadas formas y ese desprecio insultante al profesorado. Lucía Figar, de momento, parece enrocada en ese callejón sin salida en el que Delibes, Aguirre y ella misma la han metido.

La pregunta que se hace todo el mundo es: ¿Hasta cuándo se mantendrá este disparate?



01 octubre 2011

El fuego que no cesa




El caos que ha organizado en los institutos públicos la Consejería de Educación de la CM en este inicio de curso está alcanzando unas cotas absolutamente grotescas. Lucía Figar y Alicia Delibes (con el apoyo total de la Presidenta Aguirre, por supuesto) son las cabezas pensantes de este desastre y las máximas responsables de todas las irregularidades que se están produciendo y que son innumerables. Irregularidades denunciadas por los profesores, por los padres, por los alumnos, por las AMPAS, por algunos inspectores (cada vez más) y hasta por los directores de los centros.

Voy a intentar resumir cómo está la situación a día de hoy en sus puntos más calientes, ya que son muchas las vías de agua que se le están abriendo al barco de la Consejera a consecuencia de su nefasta capitanía.


.- HORARIOS

Uno de los aspectos más importantes en esta crisis educativa. Como ya he explicado en este blog, prácticamente todos los horarios que se les han dado a los profesores vulneran la ley vigente (Orden 29 de junio de 1994). A este respecto, no sólo los profesores están denunciándolos (de momento a la directiva de sus centros, pero en cuanto dispongan del horario definitivo serán centenares las reclamaciones en las Dats a la Inspección); además de ellos, ya hay algunos inspectores que se están manifestando en contra de firmar unos horarios que saben que no son legales. Incluso la prensa nacional se ha hecho eco de esta situación. Hace un par de días, El Mundo (un periódico no sospechoso de apoyar precisamente a los profesores durante estos meses) recogía la información muy detallada y muy bien explicada.

El principal problema es que la Consejería envió una circular a los directores y a los inspectores pidiéndoles que no respetaran la Orden de 29 de junio de 1994 en cuanto a compensar 2 horas complementarias por cada lectiva que exceda de las 18 (como dice claramente el artículo 77 de esa ley y como ya se ha explicado muchas veces). Esa circular, evidentemente, es papel mojado, porque contraviene una orden de rango mayor. Los inspectores y los directores lo saben y no quieren ser responsables de firmar algo que no es legal (como es lógico). Así que le han pedido a la Consejería que aclare este desaguisado. Pero, ¿Cómo hacerlo cuando la propia Consejería sabe perfectamente que la orden dada en julio vulneraba la legislación? Un callejón sin salida en el que Lucía Figar se ha metido en su afán de recortar el máximo número de profesores posibles.

Espero que no retrasen intencionadamente la entrega de horarios definitivos a los profesores para que no puedan reclamarlos en los Registros, porque eso supondría otro escándalo más del que, evidentemente, la prensa se haría eco enseguida.


.- AFINES

Es un hecho que una gran parte del profesorado estará impartiendo este curso materias que no son su especialidad, por mucho que lo nieguen la Consejera de Educación y la Presidenta de la CM. Algunos casos se pueden considerar como aceptables (un profesor de Lengua que dé Latín o uno de Tecnología que imparta Informática); el problema es que, hasta estos casos que son medianamente entendibles, antes eran excepcionales y ahora se han generalizado. Y ese es uno de los puntos clave en esta situación creada por la Consejería: la generalización extrema de aspectos que la ley contempla como excepcionales (como el citado artículo 77 del ROC o este tema de las afines).

La Consejería, en su empeño en comprimir al máximo el personal docente de los centros, ha convertido las excepciones en norma. A saber: máximo de horas lectivas (sin atender a la compensación que marca la ley), ratios a tope, muchísimos profesores impartiendo otras materias que no son la suya (ya que si no, no pueden cuadrar los horarios de ninguna manera con los cupos recortados) y desaparición de grupos flexibles (todo lo que no sea un aula ocupada por un profesor y 38 alumnos se considera un despilfarro). Desdobles, refuerzos, actividades culturales y extraescolares, laboratorios y bibliotecas escolares han pasado a ser recursos en extinción. De seguir así, dentro de uno o dos cursos un alumno de la pública le podrá decir a otro aquello de: ¿Te acuerdas cuándo podíamos coger libros en la biblioteca?. Así de triste. El otro día leí en una web un adjetivo aplicado a la situación que me pareció simplemente perfecto: orwelliana. A mí me recuerda también a la famosa novela de Ray Bradbury: Fahrenheit 451.

Lo grave es que, a la imposición de esas afines más o menos aceptables, se están dando muchísimos casos similares al de Nadia. Hace un par de días aparecía en la prensa otro profesor de Inglés al que obligaron a dar Latín, aunque al final, se lo pudieron “arreglar” cambiándole esta última por Educación para la Ciudadanía. Y es que en eso se han convertido los centros: en un constante cambio, quito, pongo, dame 2 horas por ahí, toma otras 3 de este otro departamento, me falta una para las 20, quítale una MAE a aquél, ponle sólo 2CHL que no nos queda nadie para las guardias, la tutoría de padres podemos obviarla que no pasa nada, junta ese tercio de jornada del Instituto de al lado, ya pero es de Francés y queremos uno de Lengua, bueno da igual…

Una vez me enseñaron cómo funcionaba el programa que gestiona los horarios de los profesores. Me pareció complicadísimo poder cuadrar todas las horas y entendí los quebraderos de cabeza que asolan a las Jefaturas de estudios cada septiembre. Ahora, con estas instrucciones, tiene que ser un laberinto imposible de resolver.


.- DIRECTORES

Es evidente que los equipos directivos (en especial los directores) juegan un papel determinante en esta partida tan complicada. Muchas veces se les acusa de ser colaboracionistas con la Consejería (y hay casos, por supuesto), pero es justo reconocer cuando protagonizan una acción tan importante y tan comprometida como la que realizaron esta semana. ADIMAD publicó un comunicado muy duro en el que denunciaban el caos de este principio de curso. Aquí podéis leerlo. No tiene desperdicio.

A tenor de ese escrito, parece claro que la mayoría de los directores (como máximos responsables de sus centros) no están dispuestos a colaborar en ese desastre. Y mucho menos cuando algunas de las directrices que lo han provocado no son legales. No están dispuestos, tampoco, a tapar estas irregularidades y expresan la indefensión jurídica que sienten ya que la Consejería sigue sin aclarar estos términos. Y la Consejería no puede hacerlo de ninguna manera porque sabe que ha vulnerado la ley. Eso sí, no admitirlo o negarlo, tampoco le exime de la culpa o de las posibles consecuencias legales que ello conlleve.

Pero es que, además, ayer se llevó a cabo una rueda de prensa con algunos representantes de ADIMAD y en ella, por fin, han dicho públicamente algo que todos los profesores sabían y que ya se venía comentando en muchos foros y en las redes sociales: las presiones y las amenazas que la Consejería está infringiendo, no sólo a los profesores más “ruidosos”, sino a los propios equipos directivos. Son constantes las llamadas (primero solicitando cooperación y, luego, amenazando) en las que se pide, perdón, se ordena “colaboración” para sofocar la enorme cantidad de fuegos creados. Ya hemos visto cómo se las gastan con los profesores que son críticos en los medios; algunos encierros y asambleas, incluso, están siendo boicoteados o directamente prohibidos; hasta se está haciendo correr la voz de posibles represalias a los docentes que hagan las huelgas. Amenazas, desinformación, coacciones, mentiras, insultos, difamaciones, represalias… Este es el panorama actual de los centros públicos.

Quiero darle las gracias a ADIMAD por su valentía al contar lo que está ocurriendo y por la claridad de su comunicado. También volvieron a pedir la destitución de Lucía Figar en ese documento. Evidentemente, ni va a ser destituida ni va a dimitir; pero es bueno que la verdad se sepa y que los culpables sean señalados.


.- MOVILIZACIONES

Las huelgas, las manifestaciones, las concentraciones, las asambleas y la gran cantidad de encierros han hecho muchísimo daño a la Consejería y al gobierno de la Comunidad de Madrid. Y cuando digo mucho, posiblemente me quede corto. No esperaban esos niveles de seguimiento de la huelga ni en su peor vaticinio. La manifestación del día 20 resultó demoledora porque fue la constatación de que este movimiento no es algo protagonizado exclusivamente por los docentes, sino que toda la comunidad educativa está dispuesta a luchar por la Educación Pública: profesores, padres y alumnos. Hace unas noches, fue desalojado un encierro de familias y profesores en el CEIP Antonio Machado. No se dan cuenta de que ese tipo de acciones autoritarias nos vienen de maravilla. Esa prohibición de un acto hermoso y pacífico fue noticia en muchos medios. Así que, gracias a quien corresponda por haberlo ordenado.

En la Consejería y en el gobierno de la Comunidad están muy preocupados. Están viendo que este fuego no se sofoca (al contrario, crece cada día) y están perdiendo la batalla mediática: la campaña vejatoria de Intereconomía, Telemadrid y otros medios afines a la Presidenta no ha calado en la sociedad y ya son muchos los medios nacionales que están abordando la cuestión con objetividad. El ciudadano de a pie (sea cual sea su ideología o su partido) entiende que insultar a un profesor no es precisamente algo de lo que se deba sentir orgulloso un político. Aunque se llame Esperanza Aguirre.

De las huelgas de la semana que viene y de las distintas movilizaciones que acompañen a esas jornadas (en especial la manifestación del día 4) depende muchísimo el futuro de la Educación Pública.


.- LA LUCHA SINDICAL Y LOS PADRES

Creo que los sindicatos están haciendo un gran trabajo. Siempre es un tema controvertido el calendario de huelgas que proponen, pero pienso que es sensato y realista. Por primera vez en décadas son los profesores los que están animando a los sindicatos a convocar huelgas y no al revés. Esa es una prueba evidente de las ganas de luchar que hay en el colectivo. Pero conviene jugar la partida de ajedrez con frialdad y sin precipitarnos, pensando las jugadas tranquilamente. En las huelgas hay que buscar la eficacia y asegurarse de que el desgaste es el adecuado y no más. Dos días de huelga con un seguimiento del 70-80% son muchísimo más eficaces que 3 días al 50%. Creo que eso nadie lo pone en duda.

El movimiento asambleario formado junto al sindical está funcionando cada vez mejor. Y en esa coordinación está el éxito de esta lucha.

Importantísimo, también, el papel que están jugando las AMPAS de los centros. Su apoyo al profesorado está siendo absolutamente magnífico. Sin ese apoyo, todo hubiera sido muchísimo más difícil; es más, sin los padres, habría sido imposible. Y ésta es una de las cosas que más está escociendo en la Consejería: los padres de los alumnos están con sus profesores, a pesar de esa campaña nauseabunda de criminalización creada para desunirnos. En este apartado, la FAPA Giner de los Ríos merece una mención especial. Sencillamente impresionante lo que está haciendo por la Educación Pública. De sombrerazo. Es un orgullo contar con una organización tan comprometida y coherente.


.- LOS MEDIOS Y LAS REDES SOCIALES

Otra batalla se desarrolla en este mundo de las redes sociales e Internet. La atención de la prensa, además, es extraordinaria en este ámbito. Cualquier noticia, cualquier irregularidad producida en un centro, cualquier declaración o cualquier acción que merezca la pena ser difundida, apenas tarda 10 minutos en llegar a muchos miles de personas y a todos los medios. En este territorio, ganamos por goleada.

El otro día leía en twitter (bajo el hashtag de #mareaverde) un mensaje de una alumna de algún centro público. Decía algo así: Esta noche, mis profes se encierran en el insti luchando por mi futuro. Me pareció una de las cosas más emocionantes que he leído en estos 3 últimos meses. Solo por mensajes como éste, tan sencillo pero tan lleno de esperanza y respeto, merece la pena seguir luchando hasta el final.


Así están las cosas. El incendio provocado por Lucía Figar y avivado por Esperanza Aguirre cada vez es más grande. Los centros son un caos, los profesores están más unidos que nunca, los padres y los alumnos están luchando con ellos codo a codo, y la sociedad enterándose de todo a tiempo real y tomando buena nota de ello. La semana que viene será clave en el devenir de esta cruzada por salvar la Educación Pública.